Berlinale: 10 días de emociones

El festival de cine de Berlín llegó este domingo a su fin. Técnicamente se terminó el sábado para todos los que aspiraban al oso de oro o a alguno de los osos de plata. Pero para el público de Berlín, siempre agradecido con las expresiones culturales, el domingo se remataba el festival. Por eso hubo filas desde tempranas horas de la mañana e incluso a menos seis grados (-6) para buscar entradas o esperar a que abrieran la sala de cine.

La entrega de los premios demuestra que las películas son como los colores, y ahí cada quien tiene su gusto. La ganadora de esta jornada fue #touchmenot, que no contenta con quedarse con el oso de plata a la ópera prima, se llevó el máximo galardón: el oso de oro a la mejor producción.

Y entre los críticos de cine y la gente del común la pregunta fue la misma, quizá con diferentes tonos y expresiones ¿y qué le vio el jurado que no vi yo? A mí si bien la estética me generó algo de escozor, reconozco que la directora tocó un tema casi tabú en una sociedad hipersexualizada (y no lo digo con ánimo moralista) en la que las personas que sufren de asexualidad, son casi una especie de museo. Hay mucha tela para cortar por aquí y muchas preguntas que se desprenden de la relación del ser humano con su cuerpo y con el contacto con el cuerpo ajeno.

… y al dejar pensando… hay que reconocerle que tiene lo suyo.

Esta entrada podría extenderse más para darle paso a cada una de las películas que ví este año. Pero no vale la pena. (Es que llego tarde a la actualización de mi blog, que para quien no se haya dado cuenta, le hice unas remodelaciones). Lo que si vale la pena resaltar es la titánica labor del equipo de la #Berlinale, que con 400 producciones de 78 países lograron que este festival sea una de las instituciones de la ciudad, y que con ventas de más de 330.000 entradas se consolide como el festival de cine más importante del mundo para el público.