Consumimos más de lo que necesitamos en el mundo occidental. Tenemos tomates y uvas todo el año. También tenemos carne, pollo y dulces… y de solo enumerarlos recuerdo a la pobre viejecita de Rafael Pombo, que no tenía qué beber ni qué comer…
Y ahora nos pasa en Alemania que se despierta el miedo a perder el auto como medio de transporte puerta a puerta. Y entonces abro una imagen de una niña que en medio del desierto debe caminar varios kilómetros e incluso como lo denuncia la nueva campaña de water.org hasta 6 horas para encontrar agua, para dar un recado, para ir a la escuela. Entonces me pregunto ¿cómo es posible que ella y yo seamos contemporáneas? Y yo esté dando la noticia de la tristeza que embarga a mis connacionales porque no podrán usar sus autos con motores diesel para entrar al centro de la ciudad. Para ir un poco más calientitos y gastar menos tiempo desplazandose de un lugar a otro.
Algunos dirán que es un recurso barato, un poco pornográfico. El de comparar la miseria de la niña africana en cuestión, que para más señas no siempre lleva zapatos, con la vida compleja de una metrópoli. Pero es que en sí mismo es una atrocidad que el agua no sea un derecho fundamental para todos.
Y algo de razón tienen los críticos de mi comparación. Pero ¿no es también algo escandaloso que la contaminación por dióxido de carbono que emiten los motores de gasolina y la de dióxido de nitrato que emiten los motores diesel se nos vaya metiendo a través de la piel, bien adentro y sin pausa ahogarnos? A mí me parece escandalosa la desigualdad de las de allá con los de acá. Pero también la inversión del sistema de valores de los que estamos acá y reducimos lo que somos a lo que poseemos, por ejemplo un automóvil con motor diesel.
Pero el miedo es el miedo. El miedo a no encontrar agua después de haber caminado varios kilómetros, el miedo a volver a casa y no encontrarla, el miedo a extraviarse, el miedo a no circular en el centro de la ciudad. Cada quien es dueño o presa de su miedo, del latente y del real.
Luego de escribir esta entrada me encontré el video de la nueva campaña de water.org en alianza con una cerveza. 6 horas por un vaso de agua